Un fenómeno intrigante que arroja luces sobre el pasado de nuestro planeta
En las entrañas de lo que hoy conocemos como el territorio de Sudáfrica, hace 86 millones de años, una grieta volcánica desató un espectáculo de magma ascendente a una velocidad comparable a la de coches modernos.
Hoy, el estudio de los restos de este proceso monumental podrían arrojar información reveladora sobre la etapa de los supercontinentes en la Tierra, según recopiló una investigación del portal LiveScience.
Este fenómeno, hoy conocido como kimberlitas, nos lleva al corazón mismo de la Tierra, donde el milagro de los diamantes cobra forma.
Los origenes
En 1869, un pastor descubrió un diamante gigante, el Star of Africa, en un rincón apacible cerca de un río sudafricano. Este hallazgo desencadenó la fiebre del diamante y reveló la Mina de Kimberley, un gigantesco agujero excavado a mano que destaó las preguntas sobre cómo llegaron esos diamantes a la superficie desde las profundidades.
Hoy conocidos como “El Gran Agujero”, las kimberlitas, rocas con tubos llenos de roca ígnea, nos cuentan más sobre la relación que existe entre la Tierra y los diamantes.
Aunque su origen sigue siendo un misterio, estudios sugieren que su actividad está íntimamente ligada a las rupturas de supercontinentes.
La conexión entre la ruptura de estos gigantes de tierra y la aparición de diamantes es fascinante. Investigadores señalan que los pulsos de actividad de las kimberlitas parecen bailar al ritmo de supercontinentes que se despiden.
¿Cómo llegan estos diamantes a la superficie?
La respuesta se encuentra en la química única de las kimberlitas. A través del proceso de rift, donde la corteza continental se separa, estas fisuras permiten que el magma se mezcle con materiales en la base de los continentes, formando kimberlitas que, literalmente, suben a la superficie a velocidades de hasta 83 mph, llevando consigo esos preciados diamantes.*
Los diamantes no solo son testigos de la ruptura de supercontinentes, sino también de cómo estos colosos de tierra se forman. Algunos diamantes nos hablan de su origen profundo, adheridos a la base del continente durante milenios hasta que la separación de supercontinentes los trajo a la luz.
Además, contienen pequeños fragmentos de fluido que podrían revelar secretos sobre la subducción, la convección del manto y otros procesos misteriosos bajo nuestra corteza terrestre.
Un vistazo al pasado profundo de la Tierra
Si bien las kimberlitas se desvanecen con el tiempo, los diamantes que transportan cuentan una historia diferente. Microscópicas inclusiones de fluido en estos diamantes proporcionan fragmentos del manto terrestre, revelando detalles sobre la formación de diamantes y procesos geológicos. Algunos de estos diamantes se forman a profundidades asombrosas, hasta la frontera entre el manto y el núcleo.
Los diamantes profundos no solo revelan la historia de las rupturas de supercontinentes, sino que también ofrecen pistas sobre la unión de continentes. Investigaciones recientes, como un estudio de 2023 en la revista Nature, utilizan diamantes de Brasil y Guinea para trazar eventos que ocurrieron cuando Gondwana estaba tomando forma, hace unos 650 millones de años.
Estos diamantes superprofundos ayudan a descifrar cómo los continentes crecen desde lo más profundo de la Tierra.
Los diamantes antiguos, forjados desde la formación de la Tierra o derivados de la vida antigua, pueden revelar hitos en la caótica historia del planeta.
Analizar la estructura molecular del carbono en estas piedras preciosas puede arrojar luz sobre eventos como el inicio de la subducción generalizada o la prevalencia de la vida en los océanos. Sin embargo, para desentrañar estos misterios, los científicos necesitarán mejorar en la determinación de la edad de los diamantes y adquirir más piedras preciosas antiguas de las profundidades más extremas.
A medida que los científicos continúan explorando el enigma de las kimberlitas y los diamantes superprofundos, la historia de la Tierra se despliega ante nosotros.
Con preguntas pendientes sobre cómo las placas subducidas afectan las bases de los supercontinentes y si este material reciclado influye en la formación de magmas de kimberlita, el futuro promete revelar más secretos sobre la vida geológica de nuestro planeta.
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