Una curiosidad científica que ahora tiene una teoría bastante fiable
Cada día, nos asombramos ante el misterioso interior de nuestro planeta, una vastedad de capas ocultas a nuestros ojos. La idea de perforar la Tierra de un extremo a otro ha rondado la imaginación humana desde hace siglos, como bien demuestra la novela Viaje al centro de la Tierra de Julio Verne.
Aunque esto sigue siendo más ciencia ficción que realidad, científicos entrevistados por LiveScience brindan fascinantes ideas sobre lo que encontraríamos en las entrañas de nuestro hogar cósmico.
Así sería perforar hasta llegar al núcleo de la Tierra
Primero hay que imaginar que existe una broca colosal, capaz de atravesar las capas terrestres. Su primera parada sería en la corteza, una capa de roca de unos 60 millas (100 km) de espesor.
La presión atmosférica aumentaría a medida que nos adentráramos, sumergiéndonos en una experiencia única. Doug Wilson, geofísico de la Universidad de California, explicó que cada 10 pies (3 metros) bajo tierra equivalen a una atmósfera de presión al nivel del mar.
Aunque la perforación en sí misma suena a hazaña, incluso el agujero más profundo hecho por el ser humano, el Kola Superdeep Borehole en Rusia, llega a 7.6 millas (12.2 km) de profundidad. Imagina ahora enfrentar la siguiente capa, el manto, una masa rocosa densa que impulsa la tectónica de placas. Para llegar ahí, necesitaríamos una broca de proporciones épicas y décadas de dedicación.
La parte más intrigante del viaje sería el encuentro con el Moho, el límite entre el manto y el núcleo. Aunque proyectos pasados, como el “Project Mohole”, intentaron llegar aquí sin éxito en la década de 1960, la tecnología actual plantea nuevos desafíos y soluciones. Pero, ¡atención!, el agujero resultante colapsaría si no bombeáramos fluido de perforación constantemente. Este fluido no solo evitaría el colapso, sino que también enfriaría la broca en las capas más calientes.
El verdadero desafío llegaría al corazón de la Tierra, a unos 1,800 millas (2,896 km) de profundidad. Aquí, nos enfrentaríamos a temperaturas abrasadoras y a un núcleo externo de hierro y níquel en estado líquido. ¿Cómo superaríamos este obstáculo? Damon Teagle, geoquímico de la Universidad de Southampton, sugirió que perforar a través de este líquido ardiente requeriría enfriar la broca con agua fría.
Si lográramos superar todos estos desafíos, nos encontraríamos en el núcleo interno, donde la presión alcanzaría niveles inimaginables, alrededor de 350 millones de veces la presión atmosférica. Además, el viaje de ida no sería el mismo que el de vuelta debido a las complejidades de la gravedad.
Sin embargo, incluso después de llegar a este punto medio, nos recordarían los expertos que aún nos quedaría “un largo camino por recorrer” para llegar al otro lado de nuestro planeta. ¿Ciencia ficción o posibilidad futura? El viaje al centro de la Tierra sigue siendo un misterio cautivador.
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