En una época de bots y contenido generado por inteligencia artificial cada vez más difícil de distinguir, esta teoría ha cobrado fuerza
Para algunos, los bots generadores de contenido representan toda una revolución tecnológica. Pero para otros, estas creaciones y su uso explotador podrían traer el fin de la experiencia humana en internet, o al menos eso es lo que sostiene la “Teoría del internet muerto”.
Detrás de esta afirmación, se revela un fenómeno intrigante donde la línea que separa a humanos de bots se vuelve cada vez más borrosa.
Aunque inicialmente etiquetada como una teoría de conspiración, algunos expertos sugieren que hay elementos de verdad en la “teoría del internet muerto”, que se plantea si gran parte de lo que vemos en línea es ahora generado artificialmente por inteligencia artificial (IA).
¿Origen descabellado?
Según un usuario en Agora Road, el gobierno de EE. UU. se habría involucrado en un tipo de manipulación global mediante IA. Esta postura sostiene que el internet “murió” en 2016 o 2017, y lo que presenciamos actualmente es contenido artificial diseñado para impulsar el consumo.
Aunque esta afirmación puede sonar extrema, algunos reconocen que el internet está siendo cada vez más poblado por bots y contenido creado por IA. Se predice que, para 2025-2026, casi el 99% del contenido en línea será generado por inteligencia artificial.
La cuestión principal radica en la dificultad para distinguir entre lo que es creado por humanos y lo que es producto de la inteligencia artificial. La máquina conocida como GPT-3 (Generative Pre-trained Transformer) es un claro ejemplo de esto. Utiliza datos preexistentes para generar texto que se asemeja al humano, y se espera que esta tecnología continúe desdibujando las fronteras entre lo real y lo artificial.
La preocupación no se limita al contenido visible, sino que se extiende a la influencia de la IA en los algoritmos que determinan nuestras interacciones en línea. La detección de contenido generado por IA engañoso también está en manos de sistemas alimentados por inteligencia artificial. Además, la confianza en las decisiones humanas está disminuyendo frente a las decisiones de la IA, y la intervención de esta tecnología está cambiando nuestra forma de interactuar en las plataformas digitales.
Más allá de las teorías y las predicciones, surge la inquietud sobre cómo esta creciente presencia de IA está afectando a los usuarios reales.
¿Hasta qué punto controlamos lo que decimos y hacemos en línea, y cuándo nos volvemos indistinguibles de los propios bots? Esta transformación plantea preguntas sobre la autenticidad y la verdadera naturaleza de nuestra presencia en el mundo digital. Aunque la “teoría del internet muerto” puede ser inicialmente percibida como una especulación, la trayectoria del internet sugiere que estas reflexiones podrían ser un aviso que no deberíamos ignorar.
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