La Universidad de Málaga, en el sur de España, ha creado una herramienta revolucionaria que usa inteligencia artificial (IA) para clasificar bosques a partir de imágenes de satélite. Esta herramienta, llamada BosqueIA, tiene un gran potencial para la gestión forestal, la lucha contra la crisis climática y la planificación en diversos sectores.
Los investigadores resaltan el valor de las imágenes de satélite para observar la Tierra y desarrollar aplicaciones de vanguardia en áreas como la crisis climática, la agricultura de precisión, el urbanismo inteligente, la degradación del suelo y los cambios en la cubierta terrestre.
Tal como recogió EFE, la agencia de noticias, la científica Virginia García explica que el medioambiente se ha degradado mucho en las últimas décadas y que es necesario monitorear el uso del suelo para alcanzar objetivos estratégicos a nivel global, como la conservación de la biodiversidad, la reducción de emisiones de carbono, la planificación urbana y la agricultura.
El estudio destaca el papel de los bosques como reguladores del clima y la urgencia de protegerlos y restaurarlos, siguiendo las políticas internacionales y europeas recientes. Sin embargo, indica que los datos gubernamentales sobre usos del suelo e inventarios forestales se actualizan con poca frecuencia, lo que dificulta el seguimiento continuo.
Antonio Manuel Burgueño, otro de los investigadores del proyecto, señala el reto de desarrollar una metodología que permita clasificar la cubierta terrestre en zonas extensas, como la cuenca mediterránea, y crear mapas de bosques a nivel de especies. Para lograr esto, se ha utilizado una gran cantidad de imágenes de satélite, lo que implica soluciones basadas en ‘big data’.
El estudio aplica técnicas de inteligencia artificial para clasificar diferentes usos del suelo a lo largo del año mediante el análisis de las tres estaciones. Se ha creado un modelo que puede predecir el tipo de bosque en zonas donde no hay información, usando datos de un pequeño porcentaje del territorio total de la cuenca mediterránea.
En el proceso de búsqueda de datos de campo, se ha contado con la colaboración internacional de voluntarios de dieciséis países. Investigadores y participantes de una ‘Datathon’ recolectaron datos de usos de suelo, lo que permitió la creación de mapas actualizados anualmente.
Esta innovadora herramienta proporcionará a las autoridades mapas actualizados anualmente, permitiendo el estudio de los efectos de la crisis climática y la actividad humana en los bosques, la efectividad de las políticas forestales y la capacidad de recuperación después de incendios. Los autores subrayan que esta información basada en datos facilitará la toma de decisiones para la conservación y restauración de espacios naturales a nivel mundial.