La fiebre por incorporar elementos NFT en los videojuegos empezó cuando al cripto mercado le estaba yendo bien, situación que cambió este año.
Varios estudios de juegos importantes intentaron entrarle a los tokens no fungibles (NFT) cuando los precios de las criptomonedas alcanzaron máximos históricos como en el 2021. Después de unos meses, la caída de los precios y las críticas de los jugadores y trabajadores han amortiguado esos sentimientos eufóricos.
Se esperaba que los criptoactivos brindaran a los jugadores la capacidad de poseer sus productos digitales en el juego y, al mismo tiempo, brindaran a los editores una nueva fuente de ingresos. La verdad, sin embargo, ha demostrado ser más complicada.
Las NFT conducen a la escasez y la exclusión
Los activos especulativos, como NFT o criptomonedas en el juego, tienen un impacto significativo en la dinámica del mismo y las expectativas de los jugadores.
Ya sean armas mágicas o disfraces de robots, estos activos son bienes financieros. Contienen una cierta cantidad de riesgo especulativo, que incluye la posibilidad de ganancias y pérdidas. Su presencia en un juego hace que tanto los productores como los jugadores se conviertan en inversores.
Mojang, un desarrollador de videojuegos propiedad de Microsoft, afirmó que las NFT conducen a "escasez y exclusión". El creador de Minecraft prohibió a las corporaciones construir mundos en redes blockchain o NFT relacionados con juegos, lo que puso fin a varios proyectos en curso.
“Los NFT no incluyen a toda nuestra comunidad y crean un escenario de ricos y pobres”. “La mentalidad especulativa de fijación de precios y de inversión en torno a las NFT desvía el enfoque del juego y fomenta la especulación, lo que creemos que es inconsistente con la alegría y el éxito a largo plazo de nuestros jugadores”, afirmaron los desarrolladores encargados de Minecraft.